III Congreso Internacional de la Lengua Española
Yo le decía, a veces, a mi hijo —refiriéndome a su vestimenta—, que si él se toma su tiempo para la vestimenta y el peinado, en lo que más se tiene que fijar es en su manera de hablar porque creo que es lo mejor que lo muestra y que lo puede vestir y desvestir. Sigue teniendo prestigio, afortunadamente, hablar bien.
Esta palabras estaban destinadas, originariamente a ser dichas por Juan José Sáenz, lamentablemente, por razones de salud no lo puede hacer, debido a eso, si se quiere lamentable circunstancia, me propuso a mí estas palabras Víctor García de la Concha, de la presidencia del congreso. Me propuso decir unas palabras y como la organización de esto es tan precisa, tuvimos unas divergencias respecto a la duración de este…, iba a decir speech pero creo que no es el ámbito adecuado el discurso porque mi modelo de orador es Fidel Castro, y yo por menos de 7 u 8 horas de discurso, ni siquiera me acerco a un micrófono. Pero en consideración a que hay mucha gente del exterior que querría estar con sus familias para estas fiestas vamos a hacer una cosa más acotada.
De repente se terminó el Congreso. Tengo la sensación, aparte de que es después de cuatro años —como los campeonatos de fútbol—, que uno lo estaba esperando, porque surge una expectativa enorme, se hablan de ello, se hacen conjeturas, etc. etc. se prepara, se trabaja mucho y de repente, me veo intentando hacer unas palabras de cierre. También supone que hay que sacar conclusiones. Primera conclusión, muy simple: Concluyó el Congreso.
Hay una frase —siempre en los círculos literarios, las citas son elegantes y quedan bien—, hay una frase que dice: «Unidad es el equilibrio de las diversidades, uniformidad es la supresión de las diversidades». Confieso que la uniformidad me inquieta un poco, los latinoamericanos hemos tenido problemas con los uniformes. Nos preguntábamos desde hace mucho tiempo aquí en Rosario con real y legítima curiosidad: ¿Qué es un Congreso de la Lengua? ¿Para que sirve un Congreso de la Lengua? Primero y elemental, para reunirnos para estar acá.
Para Rosario, lo entiendo como rosarino, creo que es fundamental esta confirmación de ser una especie de polo cultural y por que se han hecho cosas, se ha trabajado mucho para esto y no lo digo solo a nivel oficial; cualquier negocio, cualquier kiosco se ha interesado por ponerse lindo, por embellecerse para recibir a los visitantes, no se ha hecho cosmética y aunque uno esté aquí en un escenario, tampoco se ha hecho escenografía, este teatro no es una instalación que hemos preparado y que apenas termine el congreso lo tenemos que devolver a una metrópoli importante, este teatro de acá, se quedará acá con aire acondicionado y todo y lo disfrutaremos después y porque me consta que las autoridades locales, han hecho contacto a muy alto nivel, y cuando digo «a muy alto nivel» me refiero a muy alto nivel (y que esto quede entre nosotros) para conseguir cuatro días de sol espectacular y formidable. Posiblemente harán que, los invitados se lleven una idea errónea de lo que es el clima de nuestra ciudad. También en palabras más bellas, lo dijo en algún momento Agustín Goytisolo en un hermoso poema que se llamaba «Palabras para Julia» y que cantó y musicalizó extraordinariamente Paco Ibáñez; eran consejos que daba Agustín Goytisolo a su hija y en un momento le dice: «No sé decirte nada más, pero tú debes comprender que yo aún estoy en el camino». Y es mi caso también.
Por último quisiera simplemente, recordar un versito muy corto que yo escuchaba cuando era niño y adolescente, no es un verso que pertenezcan al romancero español o que sea una de las piezas más importantes de la literatura de esta lengua, pero yo se la escuchaba decir como glosa a un cantante bastante popular de tango que se llama Alberto Castillo y que antes de iniciar sus actuaciones radiales decía algo más o menos así, que también me expresa: «Yo soy parte de mi pueblo y le debo lo que soy; hablo con su mismo verbo; canto; canto con su misma voz».
Yo le decía, a veces, a mi hijo —refiriéndome a su vestimenta—, que si él se toma su tiempo para la vestimenta y el peinado, en lo que más se tiene que fijar es en su manera de hablar porque creo que es lo mejor que lo muestra y que lo puede vestir y desvestir. Sigue teniendo prestigio, afortunadamente, hablar bien.
Esta palabras estaban destinadas, originariamente a ser dichas por Juan José Sáenz, lamentablemente, por razones de salud no lo puede hacer, debido a eso, si se quiere lamentable circunstancia, me propuso a mí estas palabras Víctor García de la Concha, de la presidencia del congreso. Me propuso decir unas palabras y como la organización de esto es tan precisa, tuvimos unas divergencias respecto a la duración de este…, iba a decir speech pero creo que no es el ámbito adecuado el discurso porque mi modelo de orador es Fidel Castro, y yo por menos de 7 u 8 horas de discurso, ni siquiera me acerco a un micrófono. Pero en consideración a que hay mucha gente del exterior que querría estar con sus familias para estas fiestas vamos a hacer una cosa más acotada.
De repente se terminó el Congreso. Tengo la sensación, aparte de que es después de cuatro años —como los campeonatos de fútbol—, que uno lo estaba esperando, porque surge una expectativa enorme, se hablan de ello, se hacen conjeturas, etc. etc. se prepara, se trabaja mucho y de repente, me veo intentando hacer unas palabras de cierre. También supone que hay que sacar conclusiones. Primera conclusión, muy simple: Concluyó el Congreso.
Hay una frase —siempre en los círculos literarios, las citas son elegantes y quedan bien—, hay una frase que dice: «Unidad es el equilibrio de las diversidades, uniformidad es la supresión de las diversidades». Confieso que la uniformidad me inquieta un poco, los latinoamericanos hemos tenido problemas con los uniformes. Nos preguntábamos desde hace mucho tiempo aquí en Rosario con real y legítima curiosidad: ¿Qué es un Congreso de la Lengua? ¿Para que sirve un Congreso de la Lengua? Primero y elemental, para reunirnos para estar acá.
Para Rosario, lo entiendo como rosarino, creo que es fundamental esta confirmación de ser una especie de polo cultural y por que se han hecho cosas, se ha trabajado mucho para esto y no lo digo solo a nivel oficial; cualquier negocio, cualquier kiosco se ha interesado por ponerse lindo, por embellecerse para recibir a los visitantes, no se ha hecho cosmética y aunque uno esté aquí en un escenario, tampoco se ha hecho escenografía, este teatro no es una instalación que hemos preparado y que apenas termine el congreso lo tenemos que devolver a una metrópoli importante, este teatro de acá, se quedará acá con aire acondicionado y todo y lo disfrutaremos después y porque me consta que las autoridades locales, han hecho contacto a muy alto nivel, y cuando digo «a muy alto nivel» me refiero a muy alto nivel (y que esto quede entre nosotros) para conseguir cuatro días de sol espectacular y formidable. Posiblemente harán que, los invitados se lleven una idea errónea de lo que es el clima de nuestra ciudad. También en palabras más bellas, lo dijo en algún momento Agustín Goytisolo en un hermoso poema que se llamaba «Palabras para Julia» y que cantó y musicalizó extraordinariamente Paco Ibáñez; eran consejos que daba Agustín Goytisolo a su hija y en un momento le dice: «No sé decirte nada más, pero tú debes comprender que yo aún estoy en el camino». Y es mi caso también.
Por último quisiera simplemente, recordar un versito muy corto que yo escuchaba cuando era niño y adolescente, no es un verso que pertenezcan al romancero español o que sea una de las piezas más importantes de la literatura de esta lengua, pero yo se la escuchaba decir como glosa a un cantante bastante popular de tango que se llama Alberto Castillo y que antes de iniciar sus actuaciones radiales decía algo más o menos así, que también me expresa: «Yo soy parte de mi pueblo y le debo lo que soy; hablo con su mismo verbo; canto; canto con su misma voz».
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