sábado, 31 de julio de 2010

Libertad de Papel - Nicolás Bertola

De alguna manera empezo a sospechar que su vida no estaba construida con ladrillos de verdad, la suma de acontecimientos casi siempre tenian finales felices o muy trágicos, pero estaba ausente esa cotidaneidad fastidiosa que tienen el resto de las personas. Lo especial de su vivir estaba materializado por paredes de hojas de papel en blanco a las que meciendo sus dedos y en ellos la lapicera, interrumpía con símbolos danzantes que unidos formaban letras, palabras, oraciones, cuentos que lo hacian sentir... a veces bien, otras mal pero siempre sentir.

Darse cuenta que pertenecer a un mundo soñado desmoronaba todos sus anhelos y hacía dudar de su pasado. Una sutil linea, fina como las hojas de papel donde escribía su vida separaban lo real de lo imaginado. Él había quedado sumido en sus creaciones literarias, en la construcción de su todo, en la ignorancia de un mundo no deseado, en sus sueños.

Nunca tan hondo poseyó la sensación de libertad esperada, ni siquiera en la de los relatos de sus personajes heroicos presos de ataduras terrenales pero con deseos hidalgos. Se ahogaba en esa sensación y en litros de preguntas, muchísimos mas que los de tinta había plasmado en esa ondulante manera de pensar y vivir.

Tenía que redescubrir su vida, comenzar a caminar, sabiendo que todo lo pasado había sido ideal, pero no feliz. En cierto modo toda la experiencia creada le serviría para afrontar el mundo real, pero también le daba temor encarar la situaciones del verdadero presente y tener que perder, sufrir o hasta enamorarse.

En buena hora había despertado y esos temores se trasladaban a ansiedad y curiosidad por encontrarse y encontrar. El mundo real estaba allí a comenzar, a la distancia de un paso que muchas veces imaginó dar, pero que ahora lo haría caminar de verdad. Pisó con su pie derecho y nada ocurrió, miro hacia arriba, a los costados, hasta cerró los ojos para ver en su adentro. Se animó a más y al levantar su otra pierna para continuar, sintió por primera vez ganas de correr. Sonrió.

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