Hay personas que son accidentes, situaciones; y como tales aparecen sin ser invitados. Al poco tiempo se desvanecen como fantasmas, como humo entre los dedos. Llegan a encender una antorcha que alumbra un trozo del sendero, o abren una puerta nueva que nos lleva lejos o nos trae de vuelta. Hay personas que quizá no existan o lo hagan sólo por un instante, creadas por el ocio o por nadie. Eslabones de una extensa cadena que comienza y culmina en nosotros mismos. Personas, pretextos para no morir de aburrimiento, para creer que vivimos en un mundo ya muerto.
Gracias por otro aporte "Alquimero"
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